Queridos Compañeros, todos:
un sobreviviente de Dachau recuerda así los
consejos que recibió al llegar al campo de
concentración de un preso que ya estaba allí
condenado:
. „Todos somos hermanos, y todos estamos
sufriendo el mismo destino. El mismo humo se
cierro sobre todas nuestras cabezas. Ayúdense
unos a otros; es la única forma de sobrevivir.“
Y alguien que regresó de Treblinka, recuerda:
- „En nuestro grupo lo compartíamos todo;
y en el momento en que alguien del grupo comía
algo sin compartirlo, sabíamos que para él era el
principio del fin.“
Hoy, para que los campos convertidos en
museos no vuelvan a su función original, cada
vez que golpeen un gitano, todos seamos
gitanos. Cuzndo sea un turco el agredido, o un
judío o un negro o un kurdo, todos seamos
turcos y judíos y negros y kurdos.
Porque la humanidad es una sola, y una sola
la lucha para la humanidad.-
Con un abrazo para todos,
Mauricio Rosencof